A consecuencia de la crisis económica son muchas las familias que se ven obligadas a acudir cada día a los comedores sociales. Desde 2008 se ha triplicado la cifra de personas que hacen uso de este tipo de servicios. Sin embargo, ahora Cáritas atiende a un nuevo perfil de familia. Son parejas jóvenes, de entre 19 y 25 años, que encuentran en los comedores la vía para huir del hambre.  En la Casa de Caridad de Valencia alimentan cada día a 500 personas. Para darles de comer se invierten 1.500 euros diarios que, en su mayoría,  proceden de donaciones privadas.