Inspeccionan la casa de Fernando en busca de chinches. Desde hace días, se levanta con el cuerpo lleno de picaduras y por las noches, no puede dormir.Con la ayuda de un perro entrenado examinan cada rincón hasta que localizan un foco. Se han instalado en su casa pero no resulta fácil verlas, ya que se esconden en los lugares más insospechados.Una vez detectado el foco en el dormitorio, se aplica calor para matar al insecto. Las chinches han dejado de ser una plaga olvidada para convertirse en un problema emergente. En España ha habido un incremento de un setenta por ciento en los últimos años. Se ha detectado su presencia, sobre todo en albergues y hoteles pero cada vez es más habitual en los hogares.Las chinches se alimentan de sangre humana. Aunque no está demostrado que transmitan ninguna enfermedad, su picadura puede provocar desde escozor hasta una reacción alérgica.Un tratamiento cuesta 250 euros de media. Aunque su presencia se asocia al cambio climático y a la pobreza, es sobre todo el trasiego de viajeros, lo que ha hecho resurgir esta plaga que dábamos por erradicada.