Ha sido una noche larga en algunos pueblos de Huesca, en los que ven como se acerca el fuego. Está todo muy seco y el viento dificulta demasiado las tareas de extinción. Además, ayer los equipos aereos no pudieron trabajar por este motivo durante horas.Cuatro dotaciones terrestres de los bomberos catalanes se han unido a las tareas de extinción. Durante el día se unirán a ellos cinco aviones de la generalitat y un helicóptero enviado desde Madrid por el ministerio de Medio Ambiente para ayudar a los efetivos aragoneses, trabajando sin descanso desde el pasado jueves. Se calcula que han sido pasto de las llamas casi 1.300 hectáreas de bosque.