En China, 20 familias han formalizado una peculiar adopción: la de caimanes. Cada una de ellas ha recibido el documento que certifica esta propiedad, y por la que deben pagar los gastos de alimentación y medicinas que necesiten estos nuevos miembros. Una forma, dicen, de concienciar sobre la protección de los animales salvajes en un país donde los caimanes se encuentran en peligro de extinción.