Poco después de despegar de su base, un  F-18 de la Armada estadounidense se ha estrellado en una zona residencial de Virginia Beach, al este de Estados Unidos. Los dos pilotos consiguieron saltar poco antes del choque. Cuando los vecinos fueron a socorrerles, les pidieron disculpas: "Le preguntaron al piloto si estaba bien y dijo que sentía haber destrozado nuestra casa. Estaba cubierto de sangre pero consciente", explica una mujer. No hay heridos de gravedad, pero sí importantes daños materiales y vecinos todavía impactados: "Oímos tres explosiones y pensamos que estaban haciendo algún ejercicio. Después, de repente, escuchamos otra serie de ocho a diez explosiones y nos dimos cuenta de que era real porque hicieron temblar nuestra casa y rompieron las ventanas", cuenta un residente.Las causas del accidente, que se produjo el mediodía de este viernes, aún no están claras.