Con un apretón de manos se iniciaba una nueva fase en Bankia. Su recién nombrado presidente afrontaba el reto con responsabilidad e ilusión de hacer Bankia más fuerte, rentable, potente, lo cual redundará no solo en la gente que estamos en este proyecto sino también en toda la sociedad española.Se espera que su primer paso sea pedir al Estado que transforme en acciones los 4.500 millones de euros de ayudas que pidieron prestado hace dos años estas siete cajas para su fusión. Así se solucionarían dos problemas: Que el banco reforzaría su capital para hacer frente a su enorme cartera inmobiliaria. Y que la entidad, que perdió 439 millones el año pasado, ya no tendría que pagar 360 millones de intereses por las ayudas públicas. La consecuencia sería que el Estado tendría una participación mayoritaria, todavía sin concretar, en el Banco Financiero de Ahorro, que a su vez controla la mitad de las acciones de Bankia, (el resto cotiza en bolsa). El segundo paso que tendrá que dar Goirigolzarri es decidir si la entidad necesitaría más ayudas públicas y cuántas.