La policía estuvo durante meses siguiendo los movientos de las prostitutas, y también los de los 7 proxenetas rumanos. Forzaban a las chicas a ganar al menos 200 euros diarios, y a robar joyas o carteras a sus clientes. Si no lo conseguían , les daban una paliza. Entre las meretrices , dos menores, y lo más sorprendente, una de ellas de 14 años , era la hija de la jefa del clan. Entre los detenidos una madre y sus tres hijos. Se hacían llamar la brigada negra, y pretendían hacerse con el negocio de cabeza de cerdo, detenido hace unos meses por una red de prostitucfión en la misma zona. Tenían a las prositutas durmiendo en varios pisos de Madrid, siempre bajo su vigilancia.