El conservador Antonis Samaras ha ganado las elecciones griegas. Como su partido, Nueva Democracia, más votado, la ley electoral le da 50 diputados más. Con ese resultado, sólo necesita un socio de gobierno y parece claro que será el Pasok. Los socialistas de Venizelos siguen hundidos, pero podrían llegar al gobierno de mano, paradójicamente, de su rival tradicional.Eso es posible porque ahora, los socialistas y los conservadores se unen ante un nuevo enemigo común: la izquierda de Alexis Tsipras. Desde que se puso frente a Syriza, este ingeniero de 37 años ha conseguido transformar un grupo minoritario en un partido clave para la política europea. En tres años, ha cuadruplicado su escaños. Tspiras ha llegado hasta esa posición defendiendo que se renegocien las condiciones del rescate del país. La Comisión Europea, el Banco Europeo y el Fondo Monetario Internacional se niegan a cualquier renegociación, y eso es lo que hizo pensar en una salida de Grecia del euro .No es el único miedo que ha planeado sobre estas elecciones.También había temor a los neonazis de Amanecer Dorado, que no pierden fuerza y repiten el resultado de las últimas elecciones: un 7%.