En menos de media hora la granizada destrozó tejados, uralitas, lunas de coches aparcados en la calle y persianas de muchos edificios. Los vecinos huían de la tormenta como podían. Algunos se refugiaban en los coches y otros lo hacín en casa. El ambulatorio local atendió una decena de contusiones ocasionadas por el granizo.Hoy el ayuntamiento sopesa pedir la declaración de zona catastrófica porque además de los desperfectos en las calles, los agricultores han perdido parte de la cosecha.