España e Italia son una amenaza para la economía mundial. Sin paños calientes, lo dice el FMI y sin tomar en cuenta en su informe el efecto recesivo del último ajuste del gobierno. En una nueva ducha de agua fria, el organismo rectifica sus optimistas previsiones anteriores y calcula un descenso del 0,6% de la economía española para 2013 con su peor momento a finales de este año. El mayor desplome de las grandes economías y en sentido contrario al 1% de crecimiento calculado para la UE. Castigados sin tregua, para que al menos España e Italia no sufran además el sobrepeso de la inquietud de los mercados, el FMI reclama al BCE medidas no convencionales, es decir, la compra de bonos de paises periféricos. Ni el rescate para sanear el sector financiero ni el mayor plan de ajuste de la democracia parecen aliviar. La prima de riesgo tocó ayer los 560 puntos y el Ibex cayó un 2%. Con el descontento en la calle y el recelo de inversores, España se enfrenta hoy a su primera cita directa tras la aprobación de las medidas. El Tesoro Público subasta letras a 12 y 18 meses para captar 3.500 millones, una emisión que sin duda servirá de termómetro de confianza.