Con el incendio estabilizado los retenes continúan trabajando hoy en las labores de refresco. Desolador, esa es la palabra más repetida hoy ante la imagen que queda tras el fuego. El gran miedo ahora son las pérdidas y los daños que ha causado el incendio, el impacto económico. Tras el desalojo algunos turistas están regresando a los hoteles. Pero otros han dado por terminadas sus vacaciones.Y quienes venían buscando naturaleza y paisajes verdes cancelan sus vacaciones. Y es que con el incendio se puede perder uno de los incentivos que ofrece esta zona, el turismo rural. Con más de 5000 hectáreas quemadas estamos ante el incendio más devastador de los últimos 20 años en la Costa del Sol.