Se hacían pasar por clientes. Entraban a plena luz y simulaban jugar. Las cámaras de seguridad recogen como, nada más entrar, se fijan en su objetivo, la máquina de la ruleta. Tras casi una hora jugando, Pedro López, encargado del salón de juego se dio cuenta de que algo no iba bien. Los atracadores no tocaban nunca la pantalla de la máquina, sólo echaban monedas.Eso le hizo fijarse en ellos porque era un comportamiento muy extraño. Los jugadores, dice, están atentos al juego, apuestan y tocan las pantallas.Pero a los ladrones no les interesaba jugar. Se habían colado en el sistema informñatico de la ruleta y lo habían puesto bajo su control. Una vez conseguido las monedas no hacían más que salir y ellos no tenían más que recogerlas.Las cámaras lo grabaron todo, pero no fue el único dispositivo que delató a los cacos. La propia máquina saboteada registra toda manipulación. Pedro López explica que desde el menú se puede acceder a todas y cada una de las operaciones que se han realizado en ella, el dinero que ha entrado, las partidas jugadas y los premios que se han dado.No es la primera vez que roban en este salón recreativo de Huelva. Antonio Placer, comisario provincial de Huelva explica que el método utilizado consigue cambiar la cadencia de premios que otorga la programación de la maquina lo que permite a los ladrones obtener grandes beneficios en diferentes salones de juego.Poco les duro, sin embargo, la alegría por el golpe. La policia los detenía poco después de forzar está máquina con 2.600 euros en su poder.