La Delegación del Gobierno cifra en 6.000 las personas que ayer se manifestaron en Madrid. Es la capacidad que tiene, por ejemplo, el Teatro Romano de Mérida.Imaginen toda esa gente viendo una obra en el recinto.Por fortuna, o por desgracia, existen los reporteros gráficos, porque lo de ayer en las calles de Madrid no fue ficción, sino más bien todo lo contrario.Las cargas empezaron sobre las siete de la tarde y los porrazos empezaron a intentar disolver a los manifestantes.Fueron la excusa para que un grupo de radicales, identificados con banderas negras y rojas, comenzase a hacer el papel que habían ido a desempeñar. La tensión había crecido como la espuma, rebosaba y hubo para todos.Incluso para alguno de los agentes, que evitó de milagro un linchamiento.Los reporteros gráficos echaron mano del casco, pero aún así se jugaron el tipo constantemente.Las cargas se intentaban frenar a base de palos y piedras.64 heridos, entre ellos más de 20 antidisturbios.16 personas tuvieron que ser hospitalizadas, y uno de ellos esta grave. La policía sostiene que tenía una lesión medular previa como consecuencia de una accidente de tráfico.Hay al menos 28 detenidos. Muchos indignados pusieron rumbo a la Puerta del Sol cuando acabó la batalla campal. Allí se decidió continuar con la protesta hoy a las siete de la tarde.