No quiere mostrar su rostro pero cada vez que sale al balcón de su casa se encuentra con el mismo panorama. Una inmensa grúa suspendida sobre su casa que lleva allí cuatro años. Esta afectada declara que tener la inmensa mole sobre el edificio es un peligro porque cada vez que sopla el viento la pluma de la grúa oscila sobre su eje y parece que se va a desplomar.Se trata de una grúa que forma parte de unas obras que comenzaron en 2007 para construir unas oficinas. Con la crisis, la promotora cerró. Dejó las obras a medias y la grúa sin desmontar. Los vecinos ya han puesto varias denuncias.Una vecina afectada muestra los atestados y cuenta que ya han solicitado en varias ocasiones que se retire la grúa porque está abandonada y sin supervisarPaseando por Barcelona se encuentran más ejemplos. Suspendida sobre varios edificios y justo encima de una de las calles más transitadas de la ciudad encontramos otra. Al preguntar a los vandantes afirman que también lleva ahí por lo menos cuatro años.Cuatro años sin supervisión. Y es que, por ley, las gruas deben ser revisadas cada cuatro meses. Si se dejan a la intempeié pueden convertirse en un peligro. No es la primera vez una de estas grúas acaba cayendo sobre un edificio y este tiene que ser desalojado. Y los vecinos se lamentan de que el Ayuntamiento no se haga responsable, y se preguntan si hay que esperar a que se caiga y mate a alguién para que se acabe haciendo algo.Pero desmontar estas estructuras puede costar hasta 5.000 euros. Si la promotora que la instaló no se hace cargo se abre un proceso judicial que puede durar años. Sólo en el área metropolitana de Barcelona hay 13 grúas en esta situación.