Atónitos se han quedado los 5.000 habitantes de un pueblo de Arkansas. Como una maldición, en Nochevieja no llovió agua, sino pájaros muertos. Mirlos negros, unos 4.000 o 5.000. Por todas partes: calles, tejados y árboles, pero tan sólo en un radio de un kilómetro. ¿Por qué? Todo el mundo se lo pregunta. Los pájaros recogidos presentan un trauma físico. El estrés quizás por los fuegos artificiales pudo provocar su muerte. Se investigan también la intoxicación, un relámpago o granizo. Un fin de año de infarto.