El asediado presidente de Yemen ha declarado estado de emergencia en el país tras la muerte de al menos 25 manifestantes durante una protesta contra el Gobierno, y dijo que grupos armados estaban detrás de la violencia, no la policía. Fuentes médicas y testigos han manifestado que las fuerzas de seguridad de Yemen y francotiradores no identificados abrieron fuego contra la multitud después de las oraciones musulmanas en la capital, Saná. El Ministerio del Interior sostuvo que hubo 25 muertos, pero médicos afirmaron que había al menos 42 víctimas fatales y unos 300 heridos. El presidente Ali Abdullah Saleh, que lucha por conservar su mandato de 32 años en la empobrecida nación árabe, negó que sus agentes de policía fueran responsables por la masacre y dijo que las muertes ocurrieron durante enfrentamientos entre varios grupos de manifestantes.