El recién nombrado presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino, ha ordenado colocar en la mesa de la cámara regional un crucifijo, el mismo que hasta ahora guardaba en su despacho personal.De este modo, el hasta ahora vicepresidente tercero y consejero de Medio Ambiente, Agua, vivienda y Urbanismo, y miembro del Opus Dei, ha querido darle un toque personal a la mesa que desde hoy preside. Junto a la cruz, se ha colocado una Biblia, el Estatuto de Autonomía y la Constitución española.La nueva mesa de las Cortes Valencianas está marcada por contrastes derivados de sus propios miembros, ya que al lado del fervor religioso de Cotino, se sienta Fran Ferri, un diputado de Compromís, de 26 años, homosexual reconocido y representante de la Federación estatal de Transexuales, Gays y Lesbianas (LTGB). Asimismo, en la mesa también se encuentra Esther López, una joven de 27 años, que es  coordinadora de Jóvenes de Izquierda Unida en España,  cofundadora de la Asociación Guerra, Exilio y Memoria Histórica del País Valenciano (AGE-PV), y que hoy portaba una camiseta republicana.