Este viernes tuvo lugar el cierre de campaña electoral en Portugal. Unos comicios, los de mañana, marcados por la crisis y por el voto de los indecisos que cada candidato busca capitalizar para su causa. El socialista José Sócrates teme una baja participación, y por eso en el cierre de campaña, en su discurso, trató de conjurar el fantasma de la abstención. De fantasmas también habló el candidato socialdemócrata. Pedro Passos Coelho hizo un llamamiento a los portugueses para que se liberen de la crisis y conquisten un futuro con más esperanza. Aunque en su en su última intervención, el socialdemócrata no ocultó que los tiempos que vienen serán "difíciles y rigurosos". La campaña ha estado marcada por la ausencia de promesas que ninguno de los candidatos sabe si podrá cumplir ni los electores las creen ya. Lo único cierto es que a cambio de los 78.000 millones de euros para rescatar a Portugal de la bancarrota, el ejecutivo que salga de estas elecciones anticipadas tendrá que cumplir los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea.  El principal: reducir el déficit público del actual 8,6% al 3% en 2013.