Los alojamientos ilegales aumentan en el verano de manera más que notable. Llegan las vacaciones y surgen los carteles que ofrecen alojamiento. En provincias como Pontevedra se denuncia que llega a haber tres residencias ilegales por cada una legal. A veces incluso son hostales enteros y el precio no es nada barato. Los hoteleros se quejan de la competencia y aseguran que han bajado sus ventas por el aumento de este tipo de alquileres pirata.