Después del susto, han dormido ya en casa. Anoche aterrizaban en Barcelona los cinco bomberos confundidos con etarras, tras -confiesan- haber pasado miedo. Tenían previsto acabar ayer sus vacaciones, pero no exactamente así. Regresando entre la atención de los medios. Los cinco bomberos del carrito han pedido que se respete su descanso. Descanso breve para uno de ellos, porque ya le tocaba este domingo volver a trabajar. "Si no fuese por el Gobierno catalán, no estaríamos aquí ahora". Pero, matiz de los políticos involucrados, que nadie interprete aquí un conflicto, sino que no hizo falta que interviniera la diplomacia española. La Generalitat, con el apoyo de su oficina en París, se encargó de todo. "Pido a todo el mundo que nos ayude a que ellos vuelvan a normalizar su vida, que ya han tenido suficiente". Mensaje de las autoridades. Y más, después de cinco horas ante la policía francesa, que les había tachado de directamente de etarras. Error reconocido por las autoridades francesas y españolas que, según su versión, permitieron la distribución de unas imágenes, aunque los expertos que no estaban de puente no llegaban a identificar a ningún presunto terrorista. Otra versión que se ha sumado, que le habrían enseñado el vídeo al único detenido por el atentado, Joseba Fernández, y que, por presión o por despistar, dijo reconocer a sus colegas. En fin. Que ni esa supuesta 'colaboración' le ha librado de la cárcel. Anoche mismo pasó a disposición judicial y esta madrugada ha ingresado en prisión provisional.