En Grecia, el plan de ahorro diseñado por el gobierno de Papandreu ha puesto en pie de guerra a la iglesia ortodoxa. El ejecutivo quiere que la jerarquía eclesiástica pague como impuestos el 20 % de sus beneficios. Una medida a la que se opone frontalmente el arzobispo de Atenas, que considera la idea inconstitucional. Se calcula que la iglesia ortodoxa griega obtuvo más de 20 millones de euros en 2008.