La vuelta de Javier Clemente al fútbol español deparó lo previsible (orden y contención), pero careció de lo que buscan ansiosos en Pucela: chispa y victorias. Más de lo mismo le pasa al Tenerife, donde las jornadas se cuentan también ya como finales a todo o nada, por lo que el empate sin goles de este sábado acerca todavía un poco más a ambos equipos al abismo de Segunda. El supuesto efecto Clemente evita de momento que se prenda del todo fuego al polvorín en que se había convertido el Valladolid, pero no basta para salir del pozo, sobre todo porque ya son cuatro jornadas seguidas sin ver puerta y un solo triunfo en los últimos 16 encuentros.