A pesar de que el Tribunal Constitucional ordenó este miércoles la paralización cautelar de todos los derribos incluidos en el plan del Cabanyal. En este barrio valenciano nadie está del todo contento. Los vecinos que se oponen a los derribos piden la rehabilitación del barrio y los que piden la prolongación temen que el deterioro vaya a más. En los últimos años, el barrio se ha ido degradando cada vez más. Los vecinos tienen que convivir con solares llenos de escombros y de basura, paredes apuntaladas y casas a punto de caerse. Además, la droga y la inmigración ilegal han ocupado algunas zonas del barrio. Al menos durante los próximos cinco meses no habrá nuevos derribos en el barrio. Durante este tiempo el Tribunal Constitucional deberá decidir si mantiene o no la paralización cautelar de las demoliciones. Pero en el Cabanyal no se arreglará nada porque el Ayuntamiento asegura que la decisión del Alto Tribunal le impide cualquier actuación en el barrio.