Hace dos años, Garzón ayudaba a las autoridades colombianas a exhumar fosas comunes en la selva. Le acompañaba su amigo argentino Luis Moreno Ocampo, fiscal jefe de la Corte Penal Internacional.Ahora es este fiscal el que ha acudido en auxilio de su amigo. El viernes pasado le ofreció incorporarse a su equipo en calidad de consultor externo. Le ofrece despacho en La Haya y reactivar investigaciones de masacres en Congo, Uganda y Colombia.Garzón se marcharía inicialmente siete meses en comisión especial de servicios, guardando su plaza en la Audiencia Nacional, siempre y cuando el Poder Judicial de su visto bueno.Lo cierto es que al Poder Judicial la marcha de Garzón le quita un peso de encima. Ya no tienen que discutir si le apartan temporalmente de la Audiencia Nacional mientras el Supremo tramita las tres querellas admitidas contra el magistrado.