Cinco semanas han pasado ya y sigue saliendo vertido de la plataforma petrolífera en el Golfo de México sin que la compañía Bristish Petroleum logre detener el escape. Éste es el lugar donde fluyen al mar a diario unos tres mil barriles de crudo. La empresa tiene previsto hoy inyectar en el pozo un fluido pesado y cemento, para sellarlo. Pero la operación puede retrasarse puesto que nunca se ha intentado a 1.500 metros de profundidad. La solución definitiva puede llegar a fin de mes sustituyendo la tubería dañada por una nueva válvula. Mientras, la investigación de por qué explotó y se hundió la plataforma apunta a fallos en los mecanismos de control y seguridad en el lugar.