A las ocho de esta mañana ha sido ejecutado el preso Ronnie Lee Gardner al habérsele negado su petición de conmutar la ejecución. Así lo ha decidido el estado de Utah. El condenado, después de 25 años en el corredor de la muerte, no logró conmover al Tribunal. Lee Gardner había solicitado morir fusilado, al considerar que un balazo es más fiable que la inyección letal. Hacía catorce años que no se utilizaba este método en Estados Unidos. La novia de una de sus víctimas, el abogado Michael Burdell, ha defendido hasta última hora que no fuera ejecutado, al segurar que el propio Burdell rechazaba la pena de muerte y que si viviera no dudaría en defender a Ronnie. Éste lo había asesinado en 1985 cuando escapaba de un juicio por otro asesinato.