La victoria de España ha devuelto la confianza a los aficionados. En Madrid, en Sevilla y en la Coruña vuelve a escucharse la palabra mágica, 'la Roja' campeona. Pero sin confiarse porque para pasar a octavos contra chile solo vale la victoria.Después de la euforia ha habido autocrítica. La mayoría opina que Honduras era un rival fácil y que debería haberse ganado por goleada, algo parecido a lo que hizo Portugal en el partido contra Corea del Norte, donde los lusos ganaron por siete goles a cero. Los españoles son fieles a su equipo pero también exigentes, así es el ejército de aficionados que anima a España.