Las miles de personas que se concentraron por las calles de Madrid para seguir el partido han tenido mucho mérito tratándose de uno de los días de más calor en la capital . Unas temperaturas altísimas que cada uno ha sofocado como ha podido. En Sudáfrica, con su invierno, debían de estar helados, pero, qué casualidad, una ola de calor africano, del norte del continente, azota estos días España. Así que éste era el ambiente entre los hinchas reunidos para seguir el partido en las calles: temperaturas cercanas a los 40 grados, asfalto y muchas horas de espera. Una combinación explosiva, difícil de sobrellevar si no se obedecían las recomendaciones. En el día de 'la Roja' no podía faltar ese complemento tan español, el abanico, aunque todo valía para alivia el sopor. A falta de goles, la sufrida multitud celebraba los manguerazos de Protección Civil. El sol bajó y con él el mercurio, pero la otra temperatura, la de los corazones de los cientos de miles de hinchas, iba en aumento. Pocos podían imaginar hasta qué punto. Eso sí, hubo unos se quedaron fríos, pero esos eran de color naranja.