La persecución parece de mentira, porque no se puede ir más lento si lo que uno quiere es dar esquinazo a los coches de Policía que tiene detrás. El sospechoso va sin una de las ruedas traseras, ha robado la furgoneta a punta de pistola y, para redondear el plan, no se le ocurre otra cosa que colarse en el aeropuerto del distrito financiero de Dallas.