Los vendedores ambulantes que recorren las playas han diversificado su negocio y ahora, venden también droga. Lo que aparentemente puede ser un vendedor de pareos, se convierte en un narcotraficante en cuestión de minutos. Así ocurre en las playas de Barcelona, donde éstos transitan a sus anchas con total impunidad, ya que a pesar de la presencia policial, sólo pueden ser interceptados si se les pilla 'in fraganti'.