La policía ha desarticulado una banda dedicada a la explotación sexual de mujeres. Los cabecillas eran un ciudadano ruso y un español que explotaban a mujeres del Este de Europa en distintos clubes de Alicante, Albacete, Santander y Zaragoza.  Hay 31 detenidos. En los locales donde las chicas ejercían la prostitución la policía ha encobrado hasta las facturas de los servicios. Cobraban 76 euros por media hora. Un dinero que tenían que entregar a la banda porque si no lo hacían las amenazaban con hacer daño a sus familias. A ellas, que han acompañado a los agentes en el registro, les prometieron un empleo en el club por 5000 euros al mes. Si practicaban sexo con los clientes les pagarían el doble. Pero al traerlas a España les requisaban los pasaportes  y les advertían de que habían contraído una deuda a la que solo podían hacer frente si se prostituian. Además, las normas del club eran muy  severas y su imcumplimietno se castigaba con multas. Tenían que cumplir horarios extricos y las obligaban a consumir drogas para poder manejarlas con menor resistencia. Las 71 mujeres vivirían bajo el control un ciudadano ruso y un español aunque la policía ya ha detenido a 31 personas. Para dar salida a los beneficios que generaban los clubes habían creado un entramado de sociedades.