Varios países europeos han tomado medidas ante la amenaza terrorista de Al Qaeda. Alemania, Italia y ahora el Reino Unido ha anulado los vuelos de carga con Yemen. Una vez más, el miedo sobrevuela en los aeropuertos. Alemania e Italia han suspendido sus conexiones de carga con Yemen y el Reino Unido va más allá. No entrarán aviones de carga ni de Yemen ni de Somalia y tampoco permitirán volar con cartuchos de tinta de impresoras de más de 500 gramos ni a viajeros, ni en los vuelos de carga de compañías que no ofrezcan seguridad. Porque así se había camuflado el explosivo detectado en el avión de Dubai. El otro lo encontraron en el Reino Unido y no porque hayan funcionado los controles de seguridad sino porque un hombre quiso confesar. Al Faiyi, un terrorista de Al Qaeda arrepentido dio señas de los dos paquetes que se dirigían a Chicago: a un centro judío que alberga una escuela y una sinagoga para homsexuales. Aunque lo que querían era hacerlos explotar en el aire. Otro hombre, Al-Asiri, los había diseñado. Es uno de los 15 hombres más buscados de Yemen, capaz de probar su bomba supositorio con su propio hermano el año pasado. Terroristas como él ponen de nuevo en jaque a mandatarios y a las aerolíneas, porque las amenazas son la peor crisis que sacude sus cuentas.