Un grupo de ocho mujeres de Lleida que forman parte de los Mossos d'Esquadra ha protagonizado, por primera vez en la historia del cuerpo, un calendario de inspiración erótica. Las agentes posan en las fotos con antifaz y lencería, simulando ser ladronas. Aparecen robando joyas, coches, apuntando a cámara con un arma, sujetando un fajo de billetes o empuñando una fusta. En ningún momento muestran el uniforme ni ningún otro distintivo de los Mossos, algo terminantemente prohibido por el reglamento. Las chicas hicieron este calendario a título privado para felicitar las fiestas a sus compañeros de comisaría, pero el éxito les está haciendo plantearse venderlo y destinar el dinero a fines benéficos.