Con incidentes aislados ha comenzado la jornada electoral en Israel. Más de cinco millones de israelíes están llamados a las urnas para elegir a uno de los 33 partidos que se presentan en estos comicios. Se trata de unas elecciones cruciales y muy reñidas. El elegido sucederá a Ehud Olmert, cuya presidencia finaliza salpicada por el destape de casos de corrupción. Los colegios permanecerán abiertos hasta las 10 de la noche y se espera que el recuento sea muy apretado. El derechista Likud parte con ventaja, aunque el voto de un millón de indecisos puede reafirmar la ventaja o darle un vuelco al resultado.