La crisis del sector del automóvil se agrava en EEUU. General Motors planea cerrar 13 fábricas para reducir la producción en casi 200.000 vehículos. La medida no afecta a los nuevos lanzamientos pero pretende reducir el stock en los concesionarios. Esto coincide con la posible bancarrota de Chrysler, que podría declararse en suspensión de pagos ya la próxima semana.