El clima de nerviosismo que viven el Real Betis y el beticismo es evidente, y la muestra ha sido la sesión de trabajo de esta martes donde unos treinta aficionados aproximadamente se dieron cita en la Ciudad Deportiva bética para increpar, insultar e incluso tiraron huevos a los futbolistas de la primera plantilla a pesar de que el entrenamiento se estaba realizando a puerta cerrada.Jose María Nogués, técnico verdiblanco, tomó esta medida con el fin de evitar crispaciones entre aficionados y jugadores, como la vivida la pasada semana con Emaná sin ir más lejos.A pesar de eso, la tensión era tal que Salva Navarro, Jefe de Instalaciones béticas, tuvo que avisar a las autoridades personándose un total de dos coches, dos furgonetas y dos motos de la Policía Nacional y otro de la Policía Local. Todo esto para formar un cordón policial con el fin de que los futbolistas abandonaran en coche las instalaciones béticas sin ningún problema.Cuando los jugadores béticos abandonaron la ciudad deportiva fueron despedido al grito de "peseteros" o "mercenarios". El coche de Arzu fue el peor parado ya que recibió el impacto de tres huevos.