Camps reaparecía mucho más serio que la noche anterior. Sólo unas horas antes, el presidente valenciano transformaba su imputación en motivo de alegría. Termine como termine, el que no quería hablar de este asunto es Rajoy, pero a Camps no le han faltado defensores. Defensores e incluso entusiastas.En las filas socialistas no se explican por qué el PP expulsa a sus diputados imputados en Madrid y no a los de Valencia. La respuesta de ese partido parece que es apostarlo todo a una carta, que el juez retire la imputación de Camps en cuanto declare.