La policía ha detenido en Madrid a dos empresarios chinos que se dedicaban a explotar a compatriotas en talleres textiles.Cinco personas permanecían encerradas en un habitáculo en el que vivían y trabajaban. Las ventanas habían sido tapiadas y la única puerta sólo se abría en contadas ocasiones. Incluso una cámara vigilaba la entrada para evitar posibles inspecciones. Ninguna de las personas explotadas tenía documentación en regla.