El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está indignado. Indignado y muy enfadado tras haber sabido que la aseguradora AIG, que recientemente fue rescatada por el Gobierno de la quiebra, repartirá entre sus directivos unas primas valoradas en más de 125 millones de euros.Obama ha calificado este gesto de indignante e intolerable y ha asegurado que su Gobierno está estudiando las vías legales para prohibir el cobro de esas bonificaciones.