La consecución del tercer puesto en la Copa Confederaciones ha dejado una sensación agridulce en la selección española. A la decepción de no luchar en la final por el torneo, le ha llegado la consolación de ser tercera tras la victoria ante Sudáfrica por 3-2. Los jugadores reconocen que podían haber dado más, pero que han aprendido la lección de cara al Mundial de Sudáfrica que se celebrará en 2010.