Al grito de "Queremos trabajar" se han concentrado los trabajadores de la central nuclear de Santa María de Garoña a las puertas del Congreso de los Diputados. Han llegado de Burgos a Madrid para defender que la central es segura y por eso piden su continuidad.Los trabajadores no entienden las razones del Gobierno para cerrar la planta en 2011 después de que el Consejo de Seguridad Nuclear haya propuesto que continúe operando 10 años más. Aseguran que es necesario apostar por la energía nuclear, junto a energías alternativas, para garantizar el suministro en nuestro país. Defienden que la central de Garoña aporta beneficios y riqueza a la zona burgalesa de Tobalina. Y además permite a los ciudadanos pagar menos por la energía. Son mil familias las que dependen, directa e indirectamente, de esta central. Y ahora ven como su futuro laboral está pendiente de una decisión política en vez de un dictámen técnico.Una decisión que además, temen, va a ser ejemplarizante porque influirá en otras centrales nucleares que entre 2010 y 2011 estarán en la misma situación.