Los niños menores de dos años son especialmente vulnerables a la gripe. Su sistema inmunológico aún no está del todo desarrollado. Heredan las defensas de la madre pero sólo hasta los seis meses. Es a partir de entonces cuando más expuestos están a los virus, y es justo cuando comienzan a ir la guardería. Por eso algunos expertos recomiendan no llevar a los niños menores de un año. Dado que en muchos casos esta alernativa es poco viable, para aumentar la protección de los niños también se aconseja ampliar el periodo de lactancia hasta los 12 meses.