Cobran, por ejemplo, diez euros menos para trasladar al turista hasta su aeropuerto. Estos servicios de taxi ilegal proliferan cada vez más en las zonas turísticas de Tarragona. Cubren sobre todo los trayectos largos y si la policía los para ellos aseguran que los pasajeros son amigos o familiares. Solamente se puede pillar a estos supuestos taxistas, la mayoría inmigrantes, si la policía los ve cobrando la carrera. Los taxistas profesionales además denuncian que los hoteles y locales de ocio participan de este negocio. Los taxistas han hecho llegar a la policía la lista con las matrículas de los taxis pirata.