La Conselleria de Justicia de la Generalitat catalana ofrecerá a partir de septiembre a los presos condenados por agresiones sexuales a punto de salir de prisión y con riesgo de reincidir la posibilidad de someterse a la castración química.Se trata de un tratamiento farmacológico voluntario, que les inhibirá el deseo sexual, que ha suscitado mucha polémica porque no se ha demostrado su completa efectividad.La inyección hormonal reduce la producción de testosterona pero los presos necesitarán, además, someterse a una terapia psicológica.Según un estudio de la conselleria, sólo un 5,5 por ciento de los violadores vuelven a cometer agresiones cuando salen de la cárcel. La denominada castración química voluntaria es una de las propuestas formulada por la comisión de expertos como medida para reducir la reincidencia de los ex reclusos condenados por agresiones sexuales que presenten un alto riesgo de cometer el mismo delito de nuevo.