El sector del automóvil se ajusta el cinturón ante la última crisis que sacude esta vez a Opel. Miguel Sebastián y sus homólogos europeos en Industria y los de Economía se reúnen esta tarde en Bruselas para salvar a sus 52.000 trabajadores en todo el continente después del abandono de su matriz General Motors. Sobre la mesa de los ministros están los 1.500 millones de euros de ayuda que promete, supuestamente, la canciller alemana, Angela Merkel, para reflotar a la marca. El objetivo es que este dinero sirva para mantener la estructura de las nueve fábricas que Opel tiene en toda Europa, incluida la española de Figueruelas, que sigue temiendo un más que posible recorte de plantilla. De la fábrica zaragozana dependen 7.600 trabajadores, además de otros 7.000 y 20.000 empleos directos e indirectos. Por el momento todo está en el aire mientras continúan las negociaciones de última hora con General Motors y con las cuatro marcas que aspiran a asociarse con Opel. El proceso podría durar hasta final de verano según el gobierno de Aragón.