La firma catalana capitaneada por Andrés Sardá puso, como ya es habitual en Cibeles, la nota picante sobre la pasarela -convertida en un yate de lujo con un ojo de buey que proyectaba imágenes del fondo del mar- con prendas de baño para el día y la noche marcadas por el lujo y el glamour de una colección que brilla a todas horas.Javier Larrainzar fue el diseñador más madrugador en la cuarta jornada de Cibeles, con un desfile que hizo que el buen tiempo regresara a la pasarela gracias a una colección veraniega, alegre por la gama de colores utilizada y muy versátil.