El objetivo del probador inteligente es doble: por un lado, agilizar el tiempo que perdemos hasta que nos decidimos por una prenda, y, por otro, ayudarnos a descubrir qué colores y ropas van mejor con nuestro estilo. Cuentan con una pantalla y sensores que detectan qué piezas ha introducido el cliente e informa de manera inmediata de los tonos que tiene disponibles el establecimiento, así como de las tallas, la composición de la prenda y cómo cuidarla, además de asesorar acerca de cuál es la que le sienta mejor.