Los bomberos catalanes estaban desolados tras la muerte de los cuatro compañeros en Sant Joan (Tarragona). Pese a la tristeza, los miembros del cuerpo de extinción de incendios han tenido que volver al monte para luchar contra las llamas. El cambio brusco e inesperado en la dirección del viento provocó la trampa mortal en la que perecieron los cuatro bomberos. El lugar donde trabajaban era de difícil acceso y las llamas les cercaron impidiéndoles escapar. Autoridades del Gobierno catalán y central han acudido a la zona a ofrecer sus condolencias a los bomberos y a las familias de los fallecidos. El presidente de la Generalitat, José Montilla, y Joan Saura,  conseller de Interior, y el vicepresidente del Govern, Jospe Carod Rovira, llegaban en primer lugar. Después lo hacían las ministras de Defensa, Carme Chacón, y de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa.