Algunos aseguran que hacía un siglo que no nevaba en Bagdad y otros ni siquiera lo recuerdan. Por eso la nevada con la que amanecía hoy en la capital de Irak ha sorprendido a casi todos. Una fina capa de nieve ha cubierto la ribera del río Tigris. Los habitantes de la ciudad creen que esta nevada es una señal inequívoca de paz.