En México, los tocamientos a las mujeres se habían convertido en un verdadero problema en los autobuses de la capital. Por ello, el gobierno de la capital ha decidido tomar medidas. La solución ha sido crear autobuses exclusivos para el sexo femenino. El único hombre autorizado es el conductor y tiene las manos ocupadas en el volante y vendiendo billetes a las miles de viajeras que ya usan este servicio.